Por fortuna, en la vida me he cruzado con toda suerte de individuos que proporcionan una fuente inagotable de anécdotas. He aquí una de ellas...
Un viejo amigo que no veía desde nuestros años de secundaria me citó en un restaurante puertorriqueño de downtown. A pesar de haber correspondido por internet durante todo este tiempo, era la primera vez que coincidíamos en la misma ciudad.
Llegó a las seis, puntual, con el andar seguro que parecen tener todos los alumnos de Harvard. Nos sentamos, pedimos unos cocteles con una bandeja de tostones y entablamos una conversación: ¿Cómo estás? ¡Tanto tiempo! ¡Qué emoción verte! Lo de siempre...entonces la conversación dio un giro algo peculiar:
Qué linda la mesera, ¿verdad?, me preguntó mi amigo.
Supongo. De veras, no me fijé, contesté.
Es preciosa con esos ojos ámbar, así tan flaquita y con tan buena disposición.
Sí, bien flaca, dije limpiándome un poco de mayo-ketchup de la comisura de los labios.
Me encantan las mujeres pequeñas, y esa es bella. Definitivamente, es un 4, sentenció.
Ya me imaginaba por donde irían los tiros, y pedí otro trago. Me harían falta varios palos para poder soportar esta reflexión.
¿Nunca te he explicado mi escala para clasificar a las mujeres?
No.
Bueno, 5 es perfecto. Nadie es un 5, dijo solemnemente.
Porque nadie es perfecta. En Francia, son así con las notas. La escala es de veinte, pero nadie recibe veinte. Nadie puede ser perfecto, salvo Dios, respondí.
Sí, soy muy europeo para estas cosas. Algunas chicas pueden llegar a ser 5 pero es inusual. Por ejemplo, en un día caminando por París o Nueva York tal vez veas una o dos mujeres que sean un 5. Un 4 es una mujer con la que te casarías. Un 3 es una mujer con la que puedes salir, pero siempre te estarás preguntando si la puedes cambiar por una mejor.
Espera, lo interrumpí. Hay un salto cualitativo muy grande entre un 4 y un 3. ¿Cómo le añades matices a tu clasificación? ¿Usas puntos decimales?
Ay ya, la más Ivy League, protestó. No compliques las cosas de más. Y siguió explicándome: 2 es una muchacha con la que te acuestas borracho, pero después no te atreves a contárselo a tus amigos. Y 1 es Jabba the Hut (les juro que ni inventándomelo queda mejor).
Una vez me explicó su sistema, mi amigo pasó el resto de la tarde catando mujeres. Cada pobre infeliz que nos pasaba por el lado recibía una puntuación. Los elogios y los vituperios continuaron hasta que nos despedimos, pese a mis ruegos de “por favor deja la matraca ya”.
Recapitulo la escala de este chico:
5- Perfecta. Nadie recibe esta puntuación.
4- Podrías casarte con ella.
3- Podrías salir con ella, pero te preguntarías si la puedes cambiar por otra que esté más buena.
2- Te acuestas con ella si estás borracho, pero te da vergüenza contárselo a tus amigos.
1- Jabba the Hut
En un gesto de altanería (que no siempre es algo malo, en mi opinión), quisiera aprovechar este espacio para preguntarle a mi amigo si se ha planteado qué nota obtendría él, si las muchachas a las que clasifica como animales de feria se dieran a la misma tarea.
Yo, por mi parte, le daría 1.
Ay, ay, que horror. Lo siento mucho, espero que si no le das delete en facebook, al menos le des hide. Que imbecil.
ResponderEliminarPor desgracia asi es que piensan muchos y por eso muchas, cuya autoestima esta por el piso, andan matandose de hambre, entre otras cosas, para ser perfectas.
Mientras, ellos son unos perfectos patanes.
Y, por cierto, !buen blog!
Encontre tu blog por el link de Primera Hora, y debo decir que te aplaudo. Que bueno que te expresaste y fuiste fiel a ti misma, aunque termino asi de grotesco el asunto con Hilera. Espero ver mas de ti en el mundo blogero!
ResponderEliminarJabba the Hut = Jennifer González
ResponderEliminarSiempre hay una escala...y nunca nos aplica a los que la usamos ;-)
ResponderEliminarTendremos que almorzar un dia para explicarte la mia...
Cuanta hipocresia para un solo blog, acaso las mujeres no dicen este ma parece feo o este me parece lindo? Todos tenemos una escala, la diferencia es que este tipo la dijo. Acaso no discernimos entre lo que nos gusta y lo que no? Todos discriminamos y no esta mal discriminar, porque si tienes una tendencia o gusto estas discriminando. El problema es cuando AGREDES o generas violencia. Por favor, dejate de hacer la defensora de los pobres inocentes y pensá que del otro lado tambien hay hombres que por cabronas altaneras se sienten mal tambien y no salen a apuntar con el dedo. Pagate un psicologo.
ResponderEliminarQue tal negativo cero? O sea inexistente...
ResponderEliminarNo se merece ni siquiera un epigrama (Ernesto Cardenal)
Lo más interesante es que su "tan buena disposición" le da valor añadido. Já. 5 es para las mujeres reales, las cuales tu amigo sabe que nunca podrá aspirar.
ResponderEliminar-SMJ