martes, 21 de junio de 2011

Feminismo hasta en una Letrina

Me encanta el blog, La Letrina, y hoy leí una reflexión sumamente interesante. Titulada "Rellenitas", esta nota comenta el modelo de la mujer que se promueve hoy en día: un ser superficial y que carece de inteligencia u opiniones propias. Como señala la autora, sólo basta con echar un vistazo a nuestra farándula actual para darse cuenta de los valores que estamos inculcando...





Aquí les copio el texto por si se borra el enlace:

¿Porqué todo junto se escribe separado y separado se escribe todo junto? Analicen y contesten. Bah! Eso no viene al caso y tampoco lo que pretendo exponer, pero es digno de una buena crítica, tan increíble como cuando la peluca de Carlos Díaz Olivo se refirió a José Juan Barea (jugador del equipo de Dallas en la NBA) de forma despectiva y cito: “Que meter una bola por un rotito no era el triunfo de una patria.” Bueno seguramente esas palabras se tratan de él y su desempeño en la cama, el cual tiene que ser nulo. Sin embargo, son un ejemplo claro que la peluca “has a mind of it’s own” y que está en control total y absoluto de este guanimo con bizquera desenfrenada. Ok, pasando a lo que deseo plasmar en este foro, es muy sencillo: analizar los paradigmas y criaturas que son capaces de caminar y mascar chicle como toda una parcelera a la misma vez, sin entender aún cómo lo hacen: Maripily y Lucy García.

Vamos por partes. Maripily, quien posee un bachillerato en Brutalidad con Concentración en Disparate tras otro, dueña de boutiques de ropa que solamente dos personas usan: ella y Satanás, ser la única mujer con tres mimes en el hueco donde se supone que vaya el cerebro: uno en coma, el otro con derrame cerebral y el último que se fue flat line, es una figura geométrica extraña pero muy trillada en los medios y la comunidad en general. Pero esto no impide llevarla a una comparación más profunda con la famosa Miss “frape podrío” Cocos: Lucy “vieja ridícula” García. ¿Quién es Doña Lucy? Este monumento cundío de celulitis y estrías con pronta fecha de expiración, se galdea en los medios de comunicación como modelo, representante de la belleza y no de Avon, fiel creyente de Dios, defensora de los valores de la familia y derechos de los niños. Se escucha muy bonito pero no pega con el hecho de que lanzará para el 2011 un calendario semi desnuda, como Dios la trajo al mundo y cito: “No nos podemos olvidar que él, que es Todopoderoso, nos trajo al mundo sin ropa.” Si así como lo lee, la binguera esta con ínfulas de MILF, se proclama un ejemplo para la sociedad enseñando los cueros guindaos en poses sugestivas para que sus “diz” que valores sean imitados por las mujeres jóvenes y entradas en edad. Definitivamente hay una semejanza entre ella y Maripily: no saben expresarse en público y se contradicen como todo borracho cuando se jacta diciendo que beber alcohol es como beber agua. Así son éstas anormales.

Son especies que buscan la atención de los medios utilizando su apariencia, no importa si han arriesgado su vida, su salud y su familia, todo esto con el propósito de parar bichos, conseguir reconocimiento aumentar su ego de “estoy más buena que todas ustedes feocias” y lo esencial que no es visible a los ojos: el dinero. Pregunto, ¿esto está estrechamente vinculado a los valores que nos han enseñado desde que andábamos en pampers? Digo porque ser una mujer con valores no lo tiene que gritar a los cuatro vientos usando un gistro que pá sacarlo tendrían que usar un alicate. Una mujer con valores lo demuestra reflejándolo en los demás y no necesita de rellenos, arreglos estéticos, concursar en certámenes de belleza, enseñar el culo sabrá Dios si ni se lo han limpiao’ bien, todo por la vía fácil, sin sacrificios porque está demás decir que no saben que carajos significa el concepto. Son incapaces de educarse, de envolverse en una conversación, exponer su punto de vista, defenderlo y respetar el de los demás. Lo que hacen es desarrollar maña para obtener lo que desean destruyendo a quien se le cruce en el camino y admirando otros cueros que tienen el mismo size de chocha estira que el de ellas.

Lamentablemente los hombres se han acostumbrado a preferir este molde plástico, fácil de seducir y sacar provecho a elegir adentrarse a un mundo más amplio, interesante, que desarrollado con tanto sacrificio para “blend in” es ignorado ante un bikini animal print y en este caso, un animal modelándolo. Por eso es que sus vidas son más fáciles que la tabla del cero: porque son cohetes. Maripily piensa, *cough* perdón, asegura que jamás envejecerá como todas las mujeres del mundo. Simplemente será un clon de la Mrs. Cocos haciendo el ridículo. Rellenándose por todos lados, vendiendo besos y fotos en un booth de Plaza porque ella sí se preocupa por nuestra niñez y la falta de valores de nuestro país. Por favor no continúen tratando de engañarse, consigan un poco de dignidad aunque sea en un puesto de gasolina. Lean artículos enriquecedores que les enseñen a ser mujeres de verdad no gajos publicitarios sin nada que ofrecer a la sociedad. ¡Arriba las mujeres inteligentes y bellas no kitros ni truckeras!

sábado, 18 de junio de 2011

lunes, 13 de junio de 2011

El Club de las esposas obedientes


El Club de las esposas obedientes
fue creado recientemente en Malasia con el objetivo de “enseñarle a las mujeres a ser sumisas y a mantener a sus cónyuges felices en la cama a fin de remediar los males sociales”. Dicha asociación invita a las mujeres a ser “buenas prostitutas” para con sus esposos.

El Club fue fundado por un grupo islamista radical llamado Global Ikhwan. Sin embargo, el Club de las esposas obedientes ha sido denunciado por varias organizaciones ante el gobierno de Malasia, uno de los países musulmanes más modernos y progresistas.

¿Quién se apunta para crear un Club de las esposas obedientes- Capítulo de Puerto Rico? Estoy segura de que la noticia de su creación será acogida con beneplácito por políticos y religiosos defensores de la familia tradicional. Yo por mi parte, propongo ser la presi...

sábado, 11 de junio de 2011

ORGULLO en DC


El amor es un valor.


Orgullo boricua.


Todos somos hijos de Dios.




¡Las novias recién casadas!

viernes, 10 de junio de 2011

La violación como arma de guerra

Todos sabemos que Muamar el Gadafi es un tirano. Sin embargo, esta noticia no deja de ser espantosa. La Corte Penal Internacional en La Haya acusa a Gadafi de haber ordenado la violación sistemática de mujeres como medida punitiva. No se trata de un caso aislado, puesto que durante las revueltas en Egipto también se cometieron agresiones sexuales contra mujeres.

Comentaba estos lamentables hechos (y también el caso de un conocidísimo político/economista/agresor sexual francés) con un amigo jurista en París. El me explicó que, desde un punto de vista jurídico, sólo un hombre puede cometer una violación. Si es la mujer quien agrede, entonces se clasifica el delito de otra manera según las circunstancias. Me pareció un dato muy interesante sobre el sistema jurídico francés. No sé si lo mismo aplica en los sistemas jurídicos de Puerto Rico o de Estados Unidos, pero sería interesante averiguar.

jueves, 9 de junio de 2011

La Escala

Por fortuna, en la vida me he cruzado con toda suerte de individuos que proporcionan una fuente inagotable de anécdotas. He aquí una de ellas...

Un viejo amigo que no veía desde nuestros años de secundaria me citó en un restaurante puertorriqueño de downtown. A pesar de haber correspondido por internet durante todo este tiempo, era la primera vez que coincidíamos en la misma ciudad.

Llegó a las seis, puntual, con el andar seguro que parecen tener todos los alumnos de Harvard. Nos sentamos, pedimos unos cocteles con una bandeja de tostones y entablamos una conversación: ¿Cómo estás? ¡Tanto tiempo! ¡Qué emoción verte! Lo de siempre...entonces la conversación dio un giro algo peculiar:

Qué linda la mesera, ¿verdad?, me preguntó mi amigo.

Supongo. De veras, no me fijé, contesté.

Es preciosa con esos ojos ámbar, así tan flaquita y con tan buena disposición.

Sí, bien flaca, dije limpiándome un poco de mayo-ketchup de la comisura de los labios.

Me encantan las mujeres pequeñas, y esa es bella. Definitivamente, es un 4, sentenció.

Ya me imaginaba por donde irían los tiros, y pedí otro trago. Me harían falta varios palos para poder soportar esta reflexión.

¿Nunca te he explicado mi escala para clasificar a las mujeres?

No.

Bueno, 5 es perfecto. Nadie es un 5, dijo solemnemente.

Porque nadie es perfecta. En Francia, son así con las notas. La escala es de veinte, pero nadie recibe veinte. Nadie puede ser perfecto, salvo Dios, respondí.

Sí, soy muy europeo para estas cosas. Algunas chicas pueden llegar a ser 5 pero es inusual. Por ejemplo, en un día caminando por París o Nueva York tal vez veas una o dos mujeres que sean un 5. Un 4 es una mujer con la que te casarías. Un 3 es una mujer con la que puedes salir, pero siempre te estarás preguntando si la puedes cambiar por una mejor.

Espera, lo interrumpí. Hay un salto cualitativo muy grande entre un 4 y un 3. ¿Cómo le añades matices a tu clasificación? ¿Usas puntos decimales?

Ay ya, la más Ivy League, protestó. No compliques las cosas de más. Y siguió explicándome: 2 es una muchacha con la que te acuestas borracho, pero después no te atreves a contárselo a tus amigos. Y 1 es Jabba the Hut (les juro que ni inventándomelo queda mejor).

Una vez me explicó su sistema, mi amigo pasó el resto de la tarde catando mujeres. Cada pobre infeliz que nos pasaba por el lado recibía una puntuación. Los elogios y los vituperios continuaron hasta que nos despedimos, pese a mis ruegos de “por favor deja la matraca ya”.

Recapitulo la escala de este chico:

5- Perfecta. Nadie recibe esta puntuación.


4- Podrías casarte con ella.


3- Podrías salir con ella, pero te preguntarías si la puedes cambiar por otra que esté más buena.


2- Te acuestas con ella si estás borracho, pero te da vergüenza contárselo a tus amigos.


1- Jabba the Hut


En un gesto de altanería (que no siempre es algo malo, en mi opinión), quisiera aprovechar este espacio para preguntarle a mi amigo si se ha planteado qué nota obtendría él, si las muchachas a las que clasifica como animales de feria se dieran a la misma tarea.

Yo, por mi parte, le daría 1.

miércoles, 8 de junio de 2011

Bájate de mi carro, puta

Mi primera noche de jangueo en Washington, DC. Tras dos años de exilio voluntario, regresaba a Estados Unidos, y todo lo que allí había dejado: amigos, trabajo, el consumismo barroco, etc.

Me llamaron unos amigos de aquella prestigiosa universidad privada para que me reuniera con ellos y un grupo de amigos puertorriqueños en un exclusivo condominio de los barrios chic de Washington. ¿Por qué no? Total, es sábado.

Y ahí estamos, la intelligentsia de Puerto Rico y el Caribe bebiendo y bailando reggaetón, como cualquier hijo de vecino. A las dos de la mañana, un grupo de diez personas decidimos ir a una discoteca, y bajamos toditos apiñados en el ascensor.

En el revuelo de taxis e instrucciones gritadas, termino montada en la guagua 4x4 de uno de los chicos en la fiesta. Son amigos de mi amiga, chicos bien, con Iphones y vestidos de Polo, ¿qué puede pasar? Inocente mariposa...

Empezamos a conversar: de dónde somos, qué estudiamos, las preguntas de rigor. De golpe, el joven que va manejando me dice: “¿Qué problema de autoestima tu tienes que hablas así?”

¿Hablar cómo?, contesté incrédula.

Así, como tan...con...palabras de domingo.

Wow. Palabras de domingo, un refrán para los que gustan hacer alarde de su ignorancia. “No sé, soy traductora. Es mi trabajo hablar así”.

Pues no me gustan las mujeres que hablan así. Tengo mucho respeto por las personas que hablan simple, respondió.

Hablar simple. Como por ejemplo, sin adverbios. Pese a mi exceso de vocabulario, el caballero decidió proseguir con la conversación:

¿Qué tu piensas de Pedro Pierluisi?

No quiero hablar de eso.

No, dime. ¿Quién es ese?

En serio, déjalo.

Háblame de ese tipo, Pierluisi.

Bueno, pensé, a la tercera va la vencida: Pienso que no sirve para nada tener un tipo que tiene voz pero no voto en el Congreso. Sabía que había cometido un error.

Ahora sí que te jodiste, pendeja.

¿Permiso?

O estás bien borracha o eres bien pendeja.

Ninguna de las dos.

No sabes quién yo soy. Soy Eduardo Hilera, y este tipo (su copiloto, pobrecito, con amigos así) y yo trabajamos para Pierluisi. Ahora sí que la cagaste, pendeja.

Me pediste mi opinión, le dije, seca.

Fue ahí cuando frenó su guagua enorme de cantazo y me dijo: Bájate de mi carro, puta.

Sentí rabia y deseos de luchar. De contestarle. También sentí la gran impotencia para hacerlo. Estaba sola rodeada por tres hombres que pensaban que era una puta por mi forma de hablar y mis opiniones políticas.

Puta, te bajas de mi carro, repitió. Insistí en darle la mano antes de bajarme de su guagua de lujo. Como si al obligarlo a darme la mano, recuperara la honra que sus palabras me quitaron. Sin embargo, no hay nada que pueda resarcir el daño que me hizo Hilera esa noche a mí y a todas las mujeres puertorriqueñas que deseamos ejercer nuestro derecho a la libertad de expresión.

Resulta que Eduardo Hilera es asistente en la oficina de nuestro comisionado residente. Estoy convencida de que Pierluisi y Carmen Feliciano estarán encantados con esta reflexión de altura manifestada por Hilera. Sus insultos ponen de relieve el machismo subyacente en la cultura puertorriqueña. Además, demuestran la calaña de nuestros funcionarios públicos hoy en día (a propósito, pueden ver exactamente qué puesto ocupa Eduardo Hilera en el equipo de Pierluisi aquí).

Este blog será dedicado a denunciar actitudes y comportamientos misóginos por parte de nuestros políticos, periodistas y pensadores. Asimismo, destacará temas de interés en torno al movimiento por la igualdad de género. Espero que esta página sirva como un espacio para reunir a mujeres y hombres con el valor de decir “¡basta!” en la tierra del eterno “ay bendito”.